pese a la evidencia, aún a muchos no les alcanza para entender esto.

Excelentísima Presidenta, Congresales de la república, Aspirantes a la Moneda, Atacameños, OCDE, coterráneas y coterráneos de mi país:

Para ver en la II asamblea, clickea acá.

En verdad nuestro sagrado y milenario Río Copiapó, al parecer ya “paró las patas” . Tendría que resucitar.

Claro, que pese a la evidencia, aún a muchos no les alcanza para entender esto.

Muchos hablan de que el problema radica exclusivamente en que hay más derechos otorgados que los que realmente es posible extraer de la cuenca. De que alguien vendió sus derechos a una empresa y se “embolsó” tantos millones, y finalmente otros proponen nacionalizar el agua y además dicen otras leseras.

Solo tres puntos por ahora:

No podrán acallarnosPrimero: Aunque todos los derechos otorgados coincidieran en cantidad con los que realmente se puede extraer desde los pozos y cauces de nuestro valle, nada impediría hoy con las políticas que se aplican y procederes que se aceptan por la autoridad, que una empresa poderosa compre la gran mayoría de tales derechos y se lleve toda el agua a 150 Kilómetros de de distancia o más, para ocuparla y tirarla fuera del valle.

Ocurre que aunque los derechos otorgados fueran menos que los que realmente es posible extraer de nuestro suelo, igual se podría secar el valle de Copiapó, si no se echa pie atrás y se cambia esa política de autorizar con extrema facilidad los traslados de derechos, y tirar el agua fuera del valle.

Claro, que pese a la evidencia, aún a muchos no les alcanza para entender esto.

No podrán acallarnosSegundo: No se divisa donde estaría el mal proceder de un agricultor empobrecido, o una modesta viuda heredera de derechos de agua, que sucumben ante una oferta millonaria de una empresa minera que le compra sus derechos. La crítica negativa a quienes así han vendido, es una vulgar hipocresía. Al menos se debería tener el cuidado de no generalizar.

La culpa no la tienen ellos, sino el sistema y las autorizaciones que otorgan los encargados a los poderosos.

¡Que lance la primera piedra quien no vendería de encontrarse en situaciones así!.

Además, algunos agricultores chicos y medianos, con sus pozos secados por las absurdas y abusivas autorizaciones dadas a los poderosos, venden angustiados por la amenaza del mismo Estado y sus agentes, de rematar sus derechos si no pagan unas enormes patentes establecidas en el Código de Aguas, por quienes creyendo hacerlo bien, institucionalizaron una imbecilidad que afecta solo a los pobres y medianos, y de la cual los ricos se mueren de la risa.

Claro, que pese a la evidencia, aún a muchos no les alcanza para entender esto.

No podrán acallarnosTercero: No se divisa fácilmente como podría solucionar el problema la denominada nacionalización del agua que algunos proponen. Uno, porque el agua es por definición legal un bien nacional de uso público, y dos, porque actualmente los encargados de custodiar este preciado y sagrado bien ya es un servicio público, los mismos que manejarían el agua si se hace la aludida nacionalización. Cabe recordar en este punto, todo lo que ha sucedido con las famosas concesiones de otros servicios, y sus contratos que han causado enorme daño, por lo que nada asegura que hecha la nacionalización no se continuará con las mismas prácticas y autorizaciones.

Lo que cabe es corregir las nefastas políticas hasta ahora aplicadas, y partir por cambiar a la gente que haya que cambiar de una buena vez y poner en su lugar profesionales debidamente informados, y de reconocida honestidad que accedan a los cargos por concurso público y transparente.

Claro, que pese a la evidencia, aún a muchos no les alcanza para entender esto.

La II constituyente Prohibido el centralismo



Todo lo nuevo en II asamblea al día

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"Por que no soportaremos más este centralismo ciego y delirante,
al autoritarismo de Santiago opondremos nuestra valentía,
a la ceguera de sus jefes, nuestra sana voluntad de progreso regional,
al afán de imponer sus desaciertos nuestra conciencia batalladora".

www.segundaasamblea.org

¡Feliz quien muere por defender la felicidad de su gente y el respeto de su suelo!

Atacameños:

En Atacama existe una grave vulneración de los derechos del pueblo, una flagrante transgresión de derechos garantidos por la constitución, sin que los encargados de velar por su protección hagan lo conveniente y efectivo por evitar tanta arbitrariedad.

¡Que impotencia! Parecen ser vanos los esfuerzos que se hacen por aportar a engrandecer una obstinada y pequeña conciencia de la que hacen gala muchas autoridades.

Saben que se está envenenando a la población de Copiapó, con sustancias cancerígenas y no hacen nada, para peor aún cual avestruz esconden la cabeza.

Mucho se discute con respecto a la termoeléctrica castilla, cuando a espaldas de este pueblo aplastado por la indiferencia y el desprecio, se autorizó en plena ciudad la construcción de 3 plantas termoeléctricas para abastecer a la minería, a pesar de que les advirtió con gran conciencia cívica que hicieran solo las estrictamente necesarias para complementar el déficit de producción de energías más limpias y sobre todo que las hicieran lejos de la ciudad para evitar el vil envenenamiento de que están siendo objeto nuestros niños.

Tengo claro que un país sin energía, no llega a ninguna parte, y el nuestro solo tiene hidroelectricidad, y carbón por ahora, las eólicas actualmente son marginales, y las posibles geotérmicas una simple esperanza.

De Bolivia, que nada en gas en Tarija, ni de Perú en Camisea, ni de la Argentina, nada bueno serio ni perdurable podemos esperar en esta materia.

Es de esperar que si ponen plantas nucleares, los criminales, e ignorantes, no lo autoricen en la plaza de Copiapó sino en lugares remotos, bastante apartados de la población.
Sería conveniente que tuvieran en la mira a todas estas personas, porque ellos al igual que los dueños de las termoeléctricas se mueven ante todo por el ánimo de lucro, y poco les importamos nosotros, incluso podrían ser los mismos.

No sería raro que después usen un combustible tóxico desechado en otros lugares del mundo, con tal de ganar unos dólares más, que quede claro: quiero que ganen, me gusta que ganen, pero más me gusta que gane mi pueblo, mi gente, mi tierra, que hasta la fecha han sido los grandes postergados.

Estas noticias que para algunos serán novedad, no me fueron referidas por la prensa ni anunciada por los ecologistas, sino que tuve que enterarme cuando fui a comer a un restaurant local, y un personaje que allí había que me dijo que trabajaba en una planta tóxica a la salida sur de Copiapó.

Afirmó que hay tres plantas termoeléctricas en el sector. Dos pasan desapercibidas por su ubicación y por usar combustible más amigable entre comillas.

Pero esa que se ve a la salida sur y que solo de noche hecha humo (da la impresión que para engañar al pueblo), dijo que se llama Las Cenizas y es la única que usa un combustible sucio, que él denominó “diesel pesado”, señalando que era ídem o similar al nefasto petcoke, ese material cuyas emisiones son cancerígenas y que también usa la tal Guacolda, después de presionar a medio mundo para que se lo permitieran.
El nombre de esa planta es alusivo a lo que hace, lanzar cenizas y mierda sobre nuestra tierra y lo que es peor sobre Copiapó.

No veo la necesidad de construirla tan cerca de la ciudad, pues parece imposible que esas emanaciones que vi, no lleguen al valle si la planta está a la salida sur poniente, desde donde corre la brisa la mayor parte del día.

Si es efectivo lo que dijo esa persona, quienes autorizaron la ubicación de esa planta allí, son unos criminales que merecen todo el repudio del pueblo de Copiapó, ir presos y que les escupan en las calles.

Se debe investigar acerca de la efectividad de lo que dijo ese señor y que las fuerzas vivas de la comunidad nos organicemos y hagamos algo para evitar esta ignominia y atentado contra la salud de los hijos de esta venerada tierra.

No convoco como en otras oportunidades a nuestros representantes ya que poco es lo que hacen a pesar de que manejan la información.

Para la risa parecen los esfuerzos que hacen algunos de ellos (que amparan a estas empresas bajo la vulgar escusa del desempleo), para obtener un centro oncológico para Copiapó, ya que en poco tiempo más no nos bastará con solo uno sino que necesitaremos varios, para atender a los enfermos de cáncer y de otras enfermedades asociadas.

¿Cómo pueden ser tan desconsiderados e indolentes, con nuestro pueblo, con nuestra tierra?

¿Estarán esperando a que el pueblo se desespere y empiece a mirar hacia otro tipo de métodos a los cuales recurrir para oponerse a las continuas agresiones de las que está siendo objeto nuestro sagrado suelo, nuestra bendita gente?

¿Es que acaso no se entiende, si no es con medidas de fuerza y de presión?

No nos admiremos después ante tanto atropello, que poco a poco se vaya anidando en el alma de los atacameños la legítima idea de autotutela, de legítima defensa.

¿Acaso no recuerdan que más de una vez ya se levantó el pueblo oprimido en la independencia, y este pueblo en particular en las revoluciones de 1851, en gloriosísimo 59, y que así también lo podría hacer cuantas veces sea necesario para defender los santos intereses de Atacama tan cruelmente postergados?

Ignoran, pero sepan que jamás han faltado en Atacama jóvenes dispuestos a dar la vida por su tierra.

¡Feliz quien muere por defender la felicidad de su gente y el respeto de su suelo!

Atacameñamente, Julio León Morales Daviu.




¿Cuál futuro?





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